Ópera prima y sede de la empresa familiar, el proyecto de la nave ‘García y Correa’ fue realizado por Maribel Correa en solitario, antes de su asociación con Diego Estévez.
El rotundo volumen de tres plantas y marcado desarrollo longitudinal se inserta en un área industrial de la ciudad, en posición oblicua respecto a la denominada Autopista del Norte, una de las arterias principales de la ciudad de Santa Cruz. Al estar cercada por dos naves vecinas, la arquitecta aúna esfuerzos en la fachada frontal, donde destaca su función representativa resuelta en clave postmoderna. Merece especial atención el ingreso que, debido al fuerte desnivel, se produce a nivel de planta primera, según un eje central que es subrayado por el único retranqueo del edificio y rematado por una esbelta marquesina metálica en bóveda de cañón. El interior, de organización basilical, bebe de fuentes racionalistas y clásicas. Con una clara organización estructural, la nave es segmentada por franjas transversales que integran aseos, elementos de comunicación vertical y pasarelas que cruzan la nave. El conjunto es rematado en su eje central por un atractivo lucernario de cualidades plásticas.
La atención al detalle está presente en todo el proyecto: los remates de esquina exteriores, la elegante tipografía integrada en la marquesina del acceso, las estudiadas aberturas en el volumen y los claros y elaborados elementos de carpinterías y cerrajería, con un característico color rojo que destaca frente a la blancura de los paños de la nave.